¿Por qué es importante el sueño?
El sueño es una forma natural de descanso que se observa en muchos seres vivos, es por esto que, los seres vivos necesitan dormir para realizar sus funciones físicas y mentales durante el día, por esta razón la importancia del sueño nos afecta desde nuestro comportamiento durante el día hasta nuestro bienestar psicológico. Además, la importancia del sueño aparece en el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico. El sueño consta de muchas etapas en los seres humanos y es en realidad un proceso muy dinámico. Los sueños tienen lugar en la etapa del sueño de movimientos oculares(REM, por sus siglas en inglés), que es la más importante del sueño. La fase REM es la más profunda y, de hecho, la más dinámica del sueño. Durante esta fase, los movimientos oculares se aceleran, el ritmo cardíaco aumenta y la frecuencia respiratoria también.
Hay muchas razones que pueden afectar a la calidad y la duración del sueño. Son muchos los factores que pueden modificar la calidad y la duración del sueño, desde las actividades realizadas durante el día, nuestro estado de ánimo, los alimentos y bebidas consumidos. Las necesidades de sueño de las personas difieren según su edad. Pero la importancia del sueño es igualmente valiosa para todos. Mientras que el tiempo de sueño saludable en niños y bebés varía entre 9 y 16 horas, esta hora puede variar entre 6 y 8 horas en los adultos. Sin embargo, el tiempo de sueño adecuado para cada persona es diferente, y puede ser una buena manera de encontrar el tiempo que necesitamos y encontrar el que nos conviene experimentándolo nosotros mismos.
Trastornos del sueño
Insomnio: Es la incapacidad de conciliar y mantener el sueño. Puede haber más de una razón, pero la más importante está relacionada con los hábitos. También puede darse como síntoma de llevar una vida con mucho estrés, cambios frecuentes en la rutina de sueño u otras enfermedades. Las personas con insomnio pueden probar alternativas como cambiar su estilo de vida, probar alternativas de manejo del estrés, establecer una rutina matutina más saludable, hacer ejercicio y establecer un patrón de sueño saludable.
Apnea del sueño: Es el estado de despertar debido al cese de la respiración durante el sueño. Suele producirse por motivos como el sobrepeso y el envejecimiento. La razón principal es el mal funcionamiento de las neuronas que controlan la respiración durante el sueño. Algunas personas con apnea del sueño también pueden roncar. En algunos individuos de alto riesgo, la apnea del sueño puede incluso provocar una muerte súbita por parada respiratoria durante el sueño. La apnea del sueño leve puede superarse a menudo perdiendo peso o evitando que la persona duerma boca arriba. Otras personas pueden necesitar dispositivos especiales o cirugía para corregir la obstrucción.
Síndrome de las piernas inquietas: Es el problema del deseo de mover la pierna con la aparición de incómodos hormigueos, entumecimiento, picores en las piernas y los pies. Por este motivo, la persona no puede conciliar el sueño o puede despertarse con frecuencia. El RLS (por sus siglas en inglés), grave, es más frecuente en las personas mayores, pero los síntomas pueden aparecer a cualquier edad. En algunos casos, la anemia puede estar relacionada con otras. Condiciones como el embarazo o la diabetes. Por lo general, una persona puede obtener alivio con tratamientos de medicamentos recetados.
Narcolepsia: Las personas con narcolepsia experimentan frecuentes «ataques de sueño» en varios momentos del día, incluso si tienen una cantidad normal de sueño nocturno. Estos ataques pueden durar desde unos segundos hasta 30 minutos. Las personas con narcolepsia también pueden experimentar problemas como la pérdida de control muscular durante estados emocionales, alucinaciones, parálisis temporal al despertar y alteraciones del sueño nocturno. Estos síntomas parecen ser características del sueño REM que se produce al despertar, lo que sugiere que la narcolepsia es un trastorno de la regulación del sueño. Es un trastorno hereditario, pero también puede producirse debido a daños cerebrales o enfermedades neurológicas. Una vez diagnosticada la narcolepsia, los medicamentos pueden facilitar el control de la enfermedad. Las siestas que se realizan en determinados momentos del día también pueden reducir la somnolencia diurna excesiva.
Incapacidad del cerebro para conciliar el sueño
La incapacidad del cerebro para conciliar el sueño es un problema que no se considera una enfermedad y suele estar causado por la ansiedad, que se manifiesta de vez en cuando a medida que aumenta el nivel de estrés de la persona. Para solucionar este problema de sueño, se debe controlar el nivel de ansiedad de la persona y no el patrón de sueño, si existe un problema de ansiedad oculto o manifiesto, se debe determinar este problema, orientar alternativas para reducir el nivel de estrés e incluso buscar ayuda de un psicólogo clínico o psiquiatra.
¿Qué hacer si no se puede conciliar el sueño?
Comprender la causa del problema del sueño es la forma más importante de resolverlo. Por ello, la pregunta de qué hacer si no se puede conciliar el sueño puede tener respuestas diferentes y personales. Por ejemplo, aunque el alcohol facilita que muchas personas se queden dormidas, también impide un sueño de calidad porque provoca interrupciones en el sueño REM. Al mismo tiempo, debido a la necesidad de nicotina en los fumadores, los despertares pueden producirse cada 3-4 horas durante el sueño. Otro factor simple e importante es el estado de la temperatura de la habitación durante el sueño, porque durante el sueño REM el cuerpo puede tener dificultades para equilibrar su propia temperatura, por lo que la temperatura de la habitación es importante para la calidad del sueño. Otra respuesta a la pregunta de qué hacer si no se puede conciliar el sueño se esconde en realidad en nuestro bienestar psicológico.
Los estudios han demostrado que problemas psicológicos como la ansiedad y la depresión desencadenan directamente problemas de sueño. Factores especialmente importantes como un entorno laboral estresante, un entorno familiar estresante y la vida social pueden desencadenar problemas de sueño. En este punto, alternativas como dedicar tiempo a nosotros mismos para llevar una vida menos estresante, deshacernos de malos hábitos como el consumo de sustancias y alcohol, añadir una rutina matutina eficiente en su lugar, cansar el cuerpo realizando actividades físicas durante el día y provocar la necesidad de dormir pueden responder a la pregunta de qué hacer si no se puede conciliar el sueño.
No solo esto, sino también elegir infusiones descafeinadas poco antes de dormir, asegurarse de que la habitación no recibe suficiente luz y minimizar el tiempo de pantalla durante el día son algunas de las alternativas bastante sencillas pero eficaces. Otra alternativa importante es probar las prácticas de mindfulness. Porque el mindfulness permite deshacerse del estrés insano y, por tanto, tener una mente más tranquila y pacífica. Hacer una meditación de 5 o 10 minutos poco antes de dormirse ayudará al cuerpo a pasar el sueño REM más cómodamente, ya que vaciará la mente y relajará los músculos, evitando así problemas importantes como las interrupciones del sueño y no poder conciliarlo.
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