La meditación es una práctica muy poderosa que, cuando se practica con regularidad, genera efectos positivos en muchos ámbitos de la vida. A veces incluso se la compara con una varita mágica. Y es que, gracias a la meditación, tu memoria y nivel de concentración pueden mejorar de forma increíble. Además, el nivel de estrés también puede reducirse. Puedes hacer de la meditación una parte de tu vida para ser más productivo y espiritualmente más sano en todas las áreas de tu vida.
Como cualquier otra habilidad que intentes desarrollar, la práctica regular es importante en la meditación de enfoque. Para sacar el máximo provecho de la meditación, debes hacer de esta actividad una forma de vida.
Entonces, ¿cómo se debe utilizar la meditación para mejorar la memoria y la concentración?
La meditación de enfoque te ayuda a centrar tu atención en un objeto, un sonido o una sensación, en lugar de intentar conseguir una mente en blanco sin un enfoque específico. Puedes practicar este estilo por tu cuenta sin necesidad de un entrenador o profesor. Después aprender lo básico, como algo de tiempo, algo en lo que centrarse y un espacio tranquilo, el resto es bastante sencillo.
Respiración y concentración
Uno de los aspectos más fundamentales de la meditación para concentrarse es la respiración. Hay muchas maneras de concentrarse en la respiración. Puedes ser consciente de ella con cada respiración que hagas, o puedes centrarte en las exhalaciones que hagas. Si observas el aire frío que entra en tus fosas nasales al inhalar y el aire caliente que sale al exhalar, puedes concentrarte en las sensaciones que percibes. Puedes observar cómo se expanden y contraen tus pulmones en la caja torácica y centrarte en las sensaciones que esto deja en tu cuerpo. En particular, observa cómo sube y baja tu vientre mientras respiras. Puedes contar cada ciclo de tu respiración desde uno y continuar hasta siete si puedes. No se trata de ser el campeón mundial de la respiración, sino de animar a tu mente a concentrarse.
Postura de meditación
Asegúrate de permanecer sentado, si es posible, durante toda la práctica. Esto te ayudará a concentrarte. Siéntate en una silla o en un cojín en el suelo. Mantén la cabeza y la espalda lo más erguidas posible. Esto aumenta tus posibilidades de permanecer despierto durante la meditación. La mejor sesión de meditación es aquella en la que te sientes cómodo, pero también alerta. Por lo tanto, no debe ser una sentada muy cómoda, ni tampoco una sentada erguida que te haga sentir incómodo.
¿Qué es la meditación de atención focalizada?
Su objetivo es centrar la atención en una cosa como forma de permanecer en el momento presente y frenar tu voz interior. En la meditación clásica, no te centras en nada para aquietar tu mente, pero en la meditación de atención focalizada es esencial centrarse en una cosa, permaneciendo en el aquí y ahora. Por ejemplo, los sonidos, las imágenes, las sensaciones táctiles, los sabores, los olores e incluso tu propia respiración…
Dedicar tiempo
La meditación requiere una práctica regular. No debes adoptar una actitud perfeccionista y apresurarte y estresarte aún más. Si no continúas tu práctica con regularidad, es posible que no obtengas los beneficios que esperas de la meditación. Por lo tanto, debes darte tiempo y hacer un esfuerzo para convertir la meditación en un hábito diario.
Comience con tiempos de práctica más cortos
Un tiempo de cinco minutos es bastante ideal para los principiantes. Puede aumentar el tiempo de meditación con el tiempo. Esto hará que su práctica de meditación sea más fácil y efectiva a largo plazo.
Elige el mejor momento
Muchas personas consideran que la meditación de atención plena enfocada es una gran manera de empezar el día. Con una meditación matutina, puedes saludar al día de forma tranquila y alegre. Si necesitas estar atento durante todo el día, deberías probar la meditación focalizada. Para aliviar su estrés laboral y volver a centrarse en su familia y su hogar, puede probar esta aplicación en las horas de la noche.
Meditación de atención plena enfocada en 5 sencillos pasos
1. Elige un objeto en el que concentrarte
Centrarse en la respiración suele ser una buena opción, ya que es un punto de entrada a la práctica de la meditación.
2. Ponte en una posición cómoda
En primer lugar, siéntate cómodamente. Si estás sentado en el suelo, puedes apoyarte en una almohada para mantener la columna vertebral recta. A continuación, relaja tu cuerpo todo lo posible, relaja los hombros y bájalos.
3. Lleva tu atención a tu respiración.
Lleva tu atención a tu respiración y observa las sensaciones que cambian con la respiración. Siempre que te distraigas, vuelve suavemente a tu respiración en cuanto te des cuenta.
4. Calma tu voz interior
Con tantos pensamientos en tu mente a lo largo de la práctica, tu voz interior puede salir y hacer juicios sobre esta experiencia. Nuestro objetivo en la meditación no es desterrar los pensamientos y vaciar la mente. Al notar estos pensamientos y sin hacer ningún juicio sobre ellos, libera los pensamientos y vuelve a tu respiración.
5. No tengas miedo a fracasar
Si te das cuenta de que tu mente está preocupada y no puedes concentrarte, no debes culparte. Incluso deberías felicitarte por haberlo notado, volver al presente e intentarlo de nuevo. Porque esa es exactamente la esencia de nuestra práctica de meditación.
