Como en todos los ámbitos de la vida, el estrés también forma parte de nuestra vida empresarial. El entorno competitivo que conlleva la era moderna en la que vivimos, las largas jornadas laborales, los turnos de trabajo y las relaciones con los compañeros son algunos de los factores que contribuyen al estrés en el trabajo.
En los casos en los que no podemos gestionar el estrés experimentado en el lugar de trabajo, esto puede tener consecuencias negativas al repercutir en muchas áreas de nuestra vida. La atención plena, cuyo efecto ha sido probado por muchos estudios en la gestión del estrés, es uno de los métodos que puedes utilizar para proporcionar una gestión del estrés en tu vida empresarial. Al calmar tu mente, las prácticas de atención plena te permiten ser consciente de lo que estás experimentando en ese momento sin juzgarlo y darte cuenta de tus pensamientos y sentimientos. Así, la atención plena puede eliminar el estrés que experimentas en el trabajo.
Beneficios de la atención plena en el trabajo
La atención plena tiene muchos beneficios conocidos. Los estudios han demostrado que la práctica regular de atención plena aumenta
- La motivación
- La creatividad
- La concentración
- El rendimiento y la eficiencia en el trabajo
Por ello, muchas empresas animan a hacer de la atención plena una parte de la vida laboral para apoyar el bienestar de sus empleados.
Cómo practicar la atención plena en el lugar de trabajo
No siempre es necesario estar en un entorno tranquilo con los ojos cerrados para meditar. Se pueden aplicar prácticas breves y eficaces mientras se viaja al trabajo, en una reunión o en la pausa para comer. No necesitas ninguna herramienta para estas prácticas, puedes hacerlas mientras estás en el trabajo, y es bastante fácil aplicarlas. Puedes aplicar estas 5 prácticas de atención plena en el trabajo para gestionar tu estrés e incluir la atención plena en tu vida laboral:
1. Empezar el día con un ejercicio de respiración
Calmar y relajar nuestra mente al empezar el día puede marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos el resto del día.
De camino al trabajo o incluso antes de saltar de la cama con el despertador, respirar profundamente y observar el efecto de la respiración en tu cuerpo con prácticas de atención plena puede ayudarte a reunir la energía y la motivación que necesitas antes de empezar la jornada laboral.
2. Una pausa consciente
Cuando hagas una pausa para tomar un café o un té, observa tus sensaciones actuales. Siente el agarre del vaso, el olor del té o del café que tomas. Mientras realizas todas estas acciones, observa lo que ocurre a tu alrededor y nota cómo te sientes. Disminuir la velocidad y observar con calma lo que ocurre en el exterior durante estas pequeñas pausas de tu día te ayudará a relajarte y a darte cuenta del valor de cada momento.
3. Aprender a escuchar
Durante las reuniones, al igual que en muchos momentos del día, tu mente puede vagar de un lugar a otro por otros asuntos. Puedes pensar en muchas cosas, desde lo que vas a cocinar por la noche hasta la lista de cosas que tienes que comprar ese día. Es en estos momentos cuando nos damos cuenta de que nuestra mente se ha desviado de aquello en lo que nos centrábamos, y ya no estamos escuchando. En esos momentos, podemos practicar la atención plena para poner nuestra atención a la persona que habla. Así, podemos mantenernos centrados y en el momento incorporando la meditación a nuestra vida laboral.
4. Meditación breve de 1 minuto en el trabajo
En los momentos de mucho trabajo y estrés, puedes calmar tu mente y tu cuerpo tomándote solo 1 minuto para ti. Estés donde estés en ese momento, sentado o de pie en el escritorio en el que estés trabajando, lleva tu atención a tu inhalación y exhalación en una posición cómoda. Observa el ascenso y descenso de tu caja torácica con la respiración. Observa los pensamientos que vienen a tu mente sin juzgarlos y déjalos ir. Cuando te sientas distraído, vuelve a centrarte en tu respiración.
5. Caminar con atención plena
Puedes practicar ejercicios de atención plena mientras caminas por la calle, antes o después del trabajo, como durante las pausas en el trabajo. Si hay un entorno adecuado para ello, puedes dar un pequeño paseo, por ejemplo, ir a un parque cercano y dedicar este tiempo a observar la naturaleza y tu entorno sintiendo los sonidos y los olores que te rodean.
Aplicando estas sencillas prácticas de mindfulness en el trabajo, puedes reducir tu estrés, aumentar tu concentración y aumentar tu rendimiento trabajando más motivado durante el día.